jueves, 6 de diciembre de 2012

SEMINARIO  EL DOCENTE Y SU PAPEL EN LAS MODALIDADES EDUCATIVAS
EL ESPACIO ESCULTÓRICO
Un espacio para el aprendizaje
Por Eduardo Pérez Trejo

INTRODUCCIÓN
La ciudad, es ante todo un espacio vivo dentro del mundo natural; según Peter Krieger, la identificación del ciudadano con su entorno cotidiano depende mucho de la comprensión de las estructuras y construcciones que habita[1].

La convivencia alrededor de lugares abiertos establece espacios de identificación dentro de la ciudad; ésta no es neutral, siempre provoca emociones y propicia la identidad a través de significados espaciales y arquitectónicos. Así, la ciudad se transforma en un universo simbólico; su apariencia agradable o no, estimula la integración emocional del ciudadano.

La ciudad de México ha crecido vertiginosamente y se encuentra congestionada en espacios cada vez más reducidos y asfixiantes, ha perdido sus límites y la descomunal “masa gris” conquista el paisaje reflejándose en la diversidad cultural de las “tribus urbanas” y proyectando en los habitantes su desorganización espacial; quienes han alzado la voz y se adueñan de la ciudad recuperando las vías públicas y haciéndolas su centro de convivencia. Sólo algunos monumentos y construcciones emergen; algunos rompiendo la lectura del discurso espacial del ciudadano con las edificaciones, y otros, (En términos de Jorge Manrique) a manera de “señales urbanas”, que por su carga emocional, cotidiana e histórica, los habitantes reconocen y a través de ellas se identifican con su ciudad[2].

En los años 50, la cultura y las artes se renuevan en la ciudad de México y surge un nuevo tipo de señal urbana: grandes estructuras con un lenguaje formal moderno, que por sus cualidades y dimensiones, son capaces de hacerse sentir en medio de una ciudad caótica y de construcciones desarticuladas, reorganizando visualmente nuestra percepción de ciudad, en una época en que las búsquedas de la Escuela Mexicana de Pintura, parecían agotadas y eran pocosñ los creadores a favor del cambio.

En medio de este panorama y durante el gobierno de Miguel Alemán (1946-52), se proyectó la Ciudad Universitaria en el Pedregal de San Ángel para albergar en un sólo espacio a los edificios de la Universidad que se encontraban desperdigados en el centro de la ciudad.

CIUDAD UNIVERSITARIA
El proyecto original de Mario Pani y Enrique Del Moral de construir una Ciudad Universitaria, configura una aplicación extensa de la “Arquitectura Funcional” del Movimiento Moderno a la cultura nacional que incluía el concepto de “integración plástica”.

Sin embargo, el desarrollo de Ciudad Universitaria se ha realizado a través de muchos años y en diversas condiciones. El criterio de “agregación aleatoria” es un síntoma de las grandes metrópolis modernas; C.U. creció desproporcionadamente requiriendo de un mayor espacio y alterando su plano original, generando una desvinculación y “otras” ciudades universitarias, como las ENEP (Ahora FES), la ENAP y el CUEC, entre otras, y privilegiando el uso de vehículos al desaparecer la interconexión entre escuelas y facultades. Así, se desvanecía la antigua noción comunitaria, espacial y funcional de la Universidad[3].

El CCU
De esta manera se crea un nuevo centro para las actividades externas de la Universidad: el Centro Cultural Universitario, su nodo es la Sala de Conciertos Nezahualcoyotl e integra la Unidad Hemerográfica y la Biblioteca Nacional, una unidad de teatros y cines, y el Espacio Escultórico, que divide al CCU y a la “Ciudad de la Investigación”[4].

EL ESPACIO ESCULTÓRICO
En la primera mitad del siglo XX, las artes plásticas en México registraron a la pintura mural como una expresión de la Revolución Mexicana. En la segunda mitad nos encontramos con un movimiento escultórico, geométrico y monumental que se reinserta simultáneamente en el México prehispánico y moderno, incorporándose en la gran tradición del arte público mediante el juego de volúmenes y los grandes planos de color monumentales.

El proyecto fue gestado a mediados de 1977, bajo el planteamiento del entonces Coordinador de Humanidades, Dr. Jorge Carpizo, y fue aprobado el 4 de noviembre del mismo año por el Rector, Dr. Guillermo Soberón. La UNAM es la cuna de este movimiento, ya que el grupo escultórico y colectivo de trabajo ha hecho sus aportaciones dentro de la Universidad; el proyecto del Espacio Escultórico se origina en la concepción del arte como extensión de la cultura y de la realidad social. Las autoridades universitarias realizaron la creación del área cultural para conmemorar los 50 años de Autonomía de la Universidad.

El Espacio Escultórico surge originalmente como un espacio público y abierto, de encuentro, investigación y experimentación, vinculado a las funciones sustantivas de la Universidad. El Espacio Escultórico, considera al paisaje como un espacio estético y susceptible de enriquecerse con esculturas y la telúrica escenografía natural, dentro de un paisaje petrificado, milenario y ancestral.

El Espacio Escultórico fue concebido como un espacio alternativo al quehacer universitario dentro de la gran urbe metropolitana, y fue creado por seis artistas de su tiempo: Mathias Goeritz, Federico Silva, Manuel Felguérez, Helen Escobedo, Sebastián y Hersua; escultores de tendencia geométrica. El proyecto tuvo un carácter colectivo y cada etapa fue aprobada por todos los integrantes, no obstante que hubo polémica, se impuso el consenso donde la opinión de Mathias Goeritz fue determinante. Aparte del equipo de escultores, se reunió en una labor interdisciplinaria a biólogos, botánicos, geólogos, ecólogos, arquitectos e ingenieros para realizar estudios a fin de preservar la flora, fauna y petrografía original, además de un cuerpo de apoyo crítico y otro administrativo. Según el testimonio de Helen Escobedo, Goeritz insistió en integrar lo artístico y lo ecológico para lograr un perfecto equilibrio entre arte y naturaleza.

La presencia del Espacio Escultórico señala un periodo evolutivo que alteró y resignificó la estética de la vida cultural de México. El Espacio Escultórico rescata en su silencio majestuoso, una larga tradición monumental, escultórica, arquitectónica y urbanística comparable a las plazas y centros ceremoniales de Cuicuilco, Monte Albán y Teotihuacan. Se inserta igualmente en la tradi­ción universal de los grandes monumentos de la antigüedad que Mathias Goeritz definió en su “arquitectura emocional”, en donde lo escultórico no es únicamente la gran rueda dentada o el cinturón solar de concreto, sino el vacío que se contempla en su interior, que a su vez se convierte en arquitectura y escenografía de paisaje.

El Centro del Espacio Escultórico
El “Centro” del Espacio Escultórico, fue inaugurado el 23 de Abril de 1979, en el marco de conmemoraciones del cincuentenario de la Autonomía Universitaria. Se trata de una plataforma circular con un diámetro exterior de 126 metros e interior de 98, compuesta por 64 módulos de concreto (prismas triangulares) con una base de 9 metros y 4 de altura. La separación de los módulos es de 2.72 metros en el exterior y de 2 metros en el interior.

El Paseo Escultórico
Para la segunda etapa (1979 - 1980) se estableció el “Paseo Escultórico” como la expresión individual de cada uno de los artistas, con 6 esculturas que emergen en un espacio análogo y anexo al Centro Escultórico, únicamente separados por el circuito universitario.

Todas las obras son de 1980. Goeritz participó con la “Corona del Pedregal” o “Corona de Bambi”. Helen Escobedo, con “Coatl”, Hersua, con “Ave Dos”, Sebastián, con “Colotl”, Manuel Felguérez, con “La Llave de Kepler”, y Federico Silva, con “Ocho Conejo”. Frente a la Biblioteca Nacional se encuentra otra escultura de Sebastián, Tlaloc. Las “Serpientes del Pedregal” de Federico Silva, Fueron realizadas posteriormente, en 1986.

Creatividad y aprendizaje
La actitud creativa parece formar parte de la estructura constitutiva de la humanidad; desde muy temprana edad los niños exploran el medio a través de sus sentidos, la curiosidad los obliga a formularse preguntas sobre el por qué de las cosas, buscan resolver problemas, persisten para vencer los obstáculos y se arriesgan para alcanzar retos y hacer nuevas cosas.

Sin embargo, primero en la familia y posteriormente en la escuela los niños son sesgados en la solución de problemas y comienzan a truncarse las posibles líneas divergentes que se desarrollaron desde su infancia, formándose sistemáticamente como estudiantes de pensamiento lineal. La creatividad puede incrementarse mediante el aprendizaje y el desarrollo de estrategias abiertas y flexibles capaces de transmitir confianza y seguridad al estudiante y que le permitan explorar y cometer errores, comprometiéndose en el proceso e interesándose por el aprendizaje.

Los estudiosos de la didáctica determinan sus estrategias de acuerdo a diferentes momentos en el aprendizaje, procedimientos didácticos, recursos metodológicos y estrategias para la mediación pedagógica; sea cual sea, la intención es que el estudiante aprenda. Es así que el arte, la arquitectura, la pintura, la música y la danza posibilitan el uso de la imaginación, la fantasía y la creatividad[5].

Las artes han sido los medios por los cuales el hombre ha podido comprender la naturaleza de las cosas. La actividad artística podría por lo tanto describirse como una cristalización de formas significativas haciendo posible un discurso simbólico[6].

En este sentido, el recorrido del Espacio Escultórico, más allá de un “repositorio” de esculturas, establece conexiones entre el lugar y la obra de arte por medio de signos y códigos visuales, conservándose permanentemente en la memoria colectiva e individual.

Como espacio funcional y público, es utilizado para la contemplación, para recorrerse, escalarse, para el romance, tiene usos rituales; ¿Qué tal un refrigerio? Algo de ejercicio ¿Irse de pinta? la música también tiene su lugar. El espacio Escultórico es autosuficiente, resiste a los cambios ambientales y requiere de poco mantenimiento. Cómo un ser vivo dentro de la gran ciudad, también es víctima de aquéllos que se apropian de él y marcan su territorio, como por el vandalismo y la contaminación.

En su recorrido, hay señales escalonadas que contienen un código visual concreto, que nos acompañan y guían a lo largo del paseo; las construcciones aparecen en su contexto conforme avanzamos, están interconectadas entre sí y pueden verse de manera microscópica o panorámica. Sus placas que las identifican, a manera de leyendas, de epitafios sepulcrales, trascienden el tiempo y el espacio.

El Espacio Escultórico es ideal para la lectura, para la reflexión, actividades grupales, exposición de temas al aire libre, para la planeación de proyectos…

El uso de espacios abiertos permite la incorporación de estrategias de enseñanza y aprendizaje prácticamente en cualquier etapa del proceso educativo ya que propicia la construcción grupal del conocimiento, la socialización y la convivencia. Por citar algunos ejemplos[7]:

Estrategia preinstruccional: en este momento educativo, una plática introductoria y al aire libre prepara al grupo en relación a lo que se va a aprender; la informalidad del momento activará adecuadamente conocimientos previos sobre la temática que se abordará generando así las expectativas adecuadas.

Estrategia coinstruccional: durante el proceso de aprendizaje surgen dudas sobre los temas; pueden reafirmarse conceptos y afinarse los mecanismos de trabajo en una charla colectiva, intercambiando ideas y dejando la confrontación bajo el dulce efecto de frutas frescas y bebidas refrescantes.

Estrategia postinstruccional: Ésta se presenta al final del proceso, cuando han terminado formalmente las actividades y ha concluido un episodio de aprendizaje; es el mejor momento para llegar a las conclusiones y evaluar las metas en medio de un ambiente de convivencia, se liman asperezas, surgen los pastelillos y la botana. Al final, se crean o afianzan amistades y se adquieren nuevos compromisos académicos entre los integrantes trazándose al mismo tiempo proyectos a futuro.

En un proceso educativo pueden considerarse todos los momentos antes mencionados o sólo alguno de ellos dependiendo de las necesidades y objetivos académicos. En el caso de la modalidad mixta, el foro abierto que ofrece el Espacio Escultórico es una alternativa de aula del futuro para llevar a cabo las sesiones presenciales. Citando a Tyler, la expresión “experiencia de aprendizaje” se refiere más bien a la interacción que se establece entre el estudiante y las condiciones del medio ante las cuales reacciona[8].

CONCLUSIONES
El Espacio Escultórico surge ante una ciudad donde las estructuras de forma anárquica devoran el conjunto urbano sin dejar lugar alguno para la reflexión y la convivencia, reduciendo nuestra capacidad natural de socialización, aprendizaje y construcción grupal.

La “arquitectura emocional” que proponía Mathias Goeritz, queda plasmada en el Espacio Escultórico, y nos devuelve la estética de convivir en grandes extensiones que transmitan emociones y nos devuelvan la capacidad social y de grupo, despertando la misma sensación semejante a la que alguna vez experimentaron los habitantes de los grandes centros ceremoniales del México antiguo ahora como una mera aleación entre modernidad y tradición.

Este sentimiento arquetípico ancestral, más allá de su función y aspecto visual, busca hacer del arte un acontecimiento para todos y para siempre; transmite un mensaje colectivo (ahora olvidado) y representa la posibilidad de recuperar nuestra identidad individual y cultural así como de apropiarnos de espacios de aprendizaje cada vez más abandonados.

Sí a los artistas que conformaron el equipo de trabajo no les sobreviviera con el paso del tiempo alguna obra (Incluso ellos mismos) el Espacio Escultórico, por todo lo que tiene de oculto y de anónimo, habrá de perdurar como el intento colectivo de arte público más trascendente del siglo pasado en la ciudad de México.

En su manifiesto divulgado el día de la inauguración del Espacio Escultórico, los artistas responsables de la obra, señalaron que se trata de un espacio crítico e inagotable en continua transformación capaz de formar una conciencia del proceso creativo y de transformar lo espacial en conocimiento. Así, cada creación debe ser crítica y a su vez provocarla. El Espacio Escultórico fue hecho para ser eterno, como la lava petrificada, en un espacio metafísico y tangible antes habitado. Significa un impulso desde el origen hacia el futuro; una interiorización de un territorio: crear arte es crear un espacio, señalar una presencia e interrumpir el tiempo[9].

Finalmente, hay que plantear nuevos retos de cara a la globalización mundial y ante el uso excesivo de nuevas tecnologías; las políticas educativas deben promover el desarrollo de seres humanos en estrecha interacción con la naturaleza y el medio ambiente, valorando así la biodiversidad y la diversidad cultural como factores que enriquezcan a los individuos y a la sociedad en conjunto.

En este escenario, el papel que debe jugar el docente es de vital importancia; no basta con ser transmisores de información ni dominar las áreas del conocimiento, implica una actitud reflexiva ante sí mismo, ante nuevas propuestas y ante la vida, desarrollar la capacidad de transmitir experiencias y que los estudiantes a su vez encuentren las herramientas necesarias para que el conocimiento adquirido trascienda de las aulas y de las fronteras educativas, formando ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a una sociedad que requiere cada día de soluciones inmediatas.

BIBLIOGRAFÍA
  • Chávez, Guerrero, Julio, et al,Arte y diseño, Experiencia, creación y método,
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    INBA-UNAM-CNCA-IIE-Instituto Goethe-Patronato de la Industria Alemana para la Cultura, A.C.-Antiguo Colegio de San Ildefonso, México, 1997.
  • Manrique, Jorge Alberto,
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  • Mathias Goeritz,
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  • Morais, Federico,Mathias Goeritz,
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  • Musacchio, Humberto,Diccionario Enciclopédico de México,
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  • Picado, Godínez, Flor María,
    Didáctica General: una perspectiva integradora,
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  • Silva, Federico,Nuestra Batalla, Obra Monumental, Escultura y Pintura,
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  • Silva, Federico,Una Experiencia Personal, La Escultura y Otros Menesteres, Escritos y Dibujos para un Arte Mayor, UNAM, 1987.
  • Tyler, Ralph Winfred,Principios Básicos del Currículo,
    Buenos Aires, Argentina, Editorial Troquel, 1982.
  • Universidad Nacional Autónoma de México,
    Imágenes de Hoy,
    Offset setenta, S.A., 1992.
  • Westerdahl, Eduardo,Mathias Goeritz,
    Barcelona, Ediciones Cobalto, 1949.
  • Zuñiga, Olivia,Mathias Goeritz,
    México, D.F., Editorial Intercontinental, 1963.


[1] Krieger, Peter, “Desamores a la Ciudad. Satélites y Enclaves”, en Arnulfo Herrera Curiel (Edición), Amor y Desamor en las Artes, XXIII Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, UNAM-IIE, 2001. pp. 590-91.
[2] Manrique, Jorge Alberto, Una Visión del Arte y de la Historia, México, UNAM-IIE, Tomo V, 2001, pp. 167-173.

[3] “Escuelas segregadas”, como señala González Lobo en: González, Lobo Carlos, “Críticas”, Revista de la Facultad de Arquitectura/UNAM, Volumen uno, Verano de 1985, p. 6.
[4] A decir de González Lobo, tampoco resolvió eficazmente las nuevas carencias y necesidades de Ciudad Universitaria. Ibid. pp. 7-10.
[5] Picado, Godínez, Flor María, Didáctica General: una perspectiva integradora, Costa Rica, EUNED, 2001, p. 176.
[6] Chávez, Guerrero, Julio, et al, Arte y diseño, Experiencia, creación y método, México, UNAM, 2010, p. 32.
[7] Díaz-Barriga, Arceo, Frida, et al, Estrategias Docentes para un Aprendizaje Significativo, Una interpretación constructivista, México, McGraw Hill, 2da edición, 2002, pp. 143-144.
[8] Tyler, Ralph Winfred, Principios Básicos del Currículo, Buenos Aires, Argentina, Editorial Troquel, 1982. pp. 65-66.
[9] Kassner, Lily, Mathias Goeritz, Una Biografía, Conaculta-INBA, 1998, p. 216.